martes, 5 de julio de 2011

Fraülein María o el regreso del Yeti ?


Me da frío de solo verla, yo me hubiese
puesto un gorro también.

Una diva en la nieve.
Parece ser que alguna de mis lectoras está por emular Fraülein María en “The sond of music” escalando montañas al son de música instrumental y me pide sugerencias para vestirse en ese escenario.
Sinceramente amo el invierno, me encanta el frío y me encanta abrigarme, pero a veces cuando el termómetro baja a ciertos extremos, no hay look que aguante.
Si las encuentro en rosa
se vienen conmigo.
El peligro es convertirnos en la prima hermana del Inflable de Michelin o en la novia de Pie grande y esto puede pasar... porque lo importante en la montaña es estar calentitas y secas, pero siempre hay una esperanza...los accesorios pueden ser nuestros salvadores para pasar de muñeco de nieve a muñeca con estilo. Empecemos por los pies, justo acabo de comprarme unas hermosas botas con abrigo que merecían una nota y que les quiero mostrar. Son bárbaras, como caminar en una nube, aparte divinassssss. Pero ojo que no son para mojar, si van a chapotear en la nieve preferible algún calzado impermeable.
Mis nuevos pepes!!!
Además pueden incorparar al look unas polainas, vuelven a estar de moda y ayudan a tener las piernas abrigadas. Incluyan guantes o mitones, de lana, de cuero, cuerina, de colores, tooodo vale a la hora de encontrar el look perfecto. Cuellitos, gatitos bufandas largaas de lana, peludas, llevá varias, intercambialas y combinalas con distintos gorros, aunque lleves una campera básica estos accesorios van a colaborar con un outfit divertido.
Camperas, camperitas y camperones si tienen varias llévenlas, cuanta más variedad mejor (Espero que los maridos y novios no se enojen por éste consejo cuando después tengan que cargar con todas nuestras cosas).
Y medias can-can (como deciamos cuando éramos chicas) pongan muchas en la valija, calzas gruesas también. Si las camperas que llevamos son muy abultadas, usemos unas calzas, jean chupines o medias al cuerpo para equilibrar. Tooodo vale para estar hermosas en la montaña, abrigadas como un oso, pero siempre, muy pero muy, caaancheras.

Nos vemos en el vestidor

Poniendo el mundo en orden


Acomodar el placard nos ayuda a acomodar las ideas, barajar y dar de nuevo. Nos da un panorama de, qué tenemos, qué habíamos olvidado y cuáles son las prendas nominadas para abandonar la casa.
Ojalá el mío estuviese así de ordenado!!
Una amiga me contaba que viendo a otra mujer en la oficina, se acordó que tenía un vestido guardado y que había olvidado. Y creo, que a más de una nos pasó alguna vez lo mismo, siempre tenemos alguna caja donde guardamos para otra temporada. Pero...y si nos olvidamos? La ocasión de usar esa ropa nunca llega. 
Por eso está bueno hacer el ejercicio de por lo menos una vez por temporada sacar los trapitos y hacer un reconocimiento del terreno.
Abrí las cajitas que tenés guardadas de vez
en cuando, por ahí encontrás una sorpresa. 
Yo tengo como ley, aunque a veces me cuesta cumplirla, "nada puede durar más de dos temporadas sin usar". Si no me queda hoy, qué me lleva a pensar que me va a entrar algún día? y si me entra, se usará en ese momento? 
Mejor hacer espacio para poder encontrar lo que  estoy usando hoy. Y de esta manera, no tener que usar una excavadora para encontrar lo que me quiero poner, como a veces me pasa.
Haciendo un breve análisis, adjudico esta necesidad de guardar tooooodo al espíritu recolector de nuestras "predecesoras de la edad de piedra", el tema es que en una época más consumista como la que vivimos hoy, la recolección debe ser más racional. Sino corremos peligro de un fenómeno meteorológico muy común en mi habitación, "el sunami percheril", que alguna vez en otra nota he mencionado.
Es hora de hacer inventario.
Y si viven en pareja, el caso ya es de máxima necesidad, es vital. Está bueno que él también pueda colgar "algo" de vez en cuando.
Hagamos un esfuerzo para mantener ordenado y acotado nuestro vestuario, para estar divinas siempre tenemos que saber con qué recursos contamos y por ahí hasta logramos descubrir que "sí tenemos algo que ponernos".

Nos vemos en el vestidor